jueves, 1 de febrero de 2007

TIBURON !!!

En Playa Bonita, existe una gran piedra que penetra unos cuantos metros en el mar y que forma un espigón natural (así, “el espigón” suelen llamar a este lugar).
Desde esta avanzada calcárea, los pescadores pasan las horas en busca de algún trofeo ictícola, desde algún modesto pejerrey hasta alguna corvina, algunos “chuchos” y la pieza más preciada: el tiburón.


Una tarde, mientras gastábamos nuestras horas entre el mar, el tejo o la “paleta playera”, en el espigón comenzaron a notarse algunos movimientos. Dejando de lado mis labores playeras, me dirigí hacia allí cámara en mano, a ver qué sucedía.
Encontré a uno de los pescadores luchando con su caña, y pidiéndole a los curiosos (como lo era yo) que dejen lugar para permitirle moverse con libertad, ya que seguramente se trataba de un tiburón (no era el pez espada de la novela de Hemingway, pero se traía las suyas)


Su compañero se zambulló al mar, arpón en mano, mientras en que tenía la caña se dirigía a uno y otro lado del espigón, con el objeto de cansar al batracio marino, que estaba dando pelea.


A unos 15 metros de la orilla, el arponero le estampó el cusifai a la pobre criatura, que no cesaba en sus movimientos arteroescleróticos,


Desde arriba, su compañero pedía que alguien lo ayudara, pero casi todos se hacían los otarios y miraban para el lado de los loros barranqueros.


El arponero comprendió que los loros tampoco habrían de prestarle ayuda y comenzó a arrastrarlo hacia afuera. Comienzo a temer por la suerte del arponero.

Finalmente, un samaritano que pasaba por allí, aburrido ya del canto de los loros, se digna a prestar ayuda a nuestro valiente cazador y juntos pujan hasta la orilla.


Una vez que el pescador, el arponero y el samaritano consiguieron llevar la bestia hasta la orilla, transeúntes y loros se acercaron para apreciar de cerca al infortunado (me refiero al tiburón)


Aquí yace la pobre alimaña, cansada ya de tanto batallar, exhausto tras la feroz pelea por su supervivencia sumada tal vez al patadón que le propinó el pescador; no se sabe si para que dejara de sacudirse o por la bronca que tenía ante las risas de los loros.

Texto y Fotos: Sergio

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermano, conociendo tu amor por la pesca, me extraña que no te hayas sumergido a lidiar con la bestia...Besos! Maricel
PD: ahorrà para pagarme el jardinero a la vuelta.

Anónimo dijo...

Amigo te comento que estos dos pibes que viste con el tiburon, son conocidos de esa zona, por sus metodos y por la cantidad de tiburones que tienen de trofeos, son vidad como para hacer una pelicula....

Anónimo dijo...

Malditos pescadores de pacotilla, es mas de tercera, por personas como ustedes es que las especies estan en extinción, ojala y cuando se mueran en el infirno los pesquen igual o peor pero on los cachos de lucifer, por mal nacidos.
Pobre tiburoncito!!!!